A dos meses del primer apagón
Luego
de más de dos meses del primer apagón general ocurrido el 7 de marzo, los
efectos de la crisis en el Zulia
todavía se sienten, no solo en el racionamiento
eléctrico, sino en otros servicios como el agua, el gas, la telefonía y el
suministro de la gasolina en las estaciones de servicio.
Según
los testimonios de los propios marabinos ante los medios de comunicación
disponibles, uno de los aspectos más graves de esta situación es la falta de un
cronograma de cortes eléctricos que
les permita organizar su día a día.
“El problema más grave es que a veces nos dan
mucha más horas de las seis que ellos aseguraron que nos iban a dar. A veces
superamos las 15 horas continuas sin luz”,
contó Marcos Fernández, del sector Cuatricentenario. Estas largas horas se
repiten en sectores de Los Haticos y también en zonas del norte como San
Jacinto, Mara Norte, El Naranjal y La Trinidad.
Pero
el problema no se concentra en la falla
eléctrica en sí y todos los contratiempos que genera. El suministro agua se
ha agudizado por las fallas de energía. En lo que va de año, múltiples equipos
se han averiado en la estación de bombeo Tulé y también en la planta
potabilizadora Alonso de Ojeda (Planta C). De seis líneas (bomba y motor), con
creces tres han funcionado y en enero solo una estaba activa.
Héctor
Soto, vicepresidente de Hidrolago, aseveró que un transformador de Tulé se dañó
durante los mega apagones y sacó de
funcionamiento una de las líneas de bombeo. La hidrológica está a la espera de
ese equipo para arrancar las cuatro unidades.
“En
Maracaibo el problema eléctrico nos
tiene muy mermada nuestra calidad de
vida y vivir en esta ciudad se ha hecho insoportable: sin luz y sin agua,
pero con moscas, calor, y mosquitos”, narró la marabina María Rincón.
También
el gas doméstico se ha visto fuertemente afectado desde los apagones, así lo
han reportado los marabinos. Especialmente en el oeste, en parroquias como
Francisco Eugenio Bustamante y Venancio Pulgar sectores denuncian que no han
tenido suministro y en otros aseguran que la fuerza con la que llega decayó
notablemente.
Por
otro lado, las kilométricas colas no dan tregua en las estaciones de servicio
desde el primer ‘blackout’ y se mantuvo así por las semanas siguientes, hasta
ahora. Incluso en gasolineras que poseen generadores de electricidad como
Lagopista, la fila subía el elevado de Socorro y luego se perdía de vista. Lo
mismo ocurría en otras como Cosmopolita (calle Falcón) y El Turf.
“En
Maracaibo esta mañana no había donde abastecerse de combustible. Es terrible,
además del pésimo servicio eléctrico, de aseo y agua” tuiteó Pedro Silva
(@pedrogsilvat).
Asimismo,
otras estaciones de servicio estaban cerradas porque no poseían planta eléctrica y además estaban en
racionamiento o esperaban el despacho de combustible que, según afirman
bomberos y concesionarios, ha presentado retrasos o no llega la cantidad de
gandolas que antes arribaban, lo que ocasiona acumulación en otras bombas.
A
todo este problema eléctrico y sus
consecuencias en otros servicios, hay que agregarle la imposibilidad de
conseguir dinero en efectivo para comprar los productos o pagar el transporte
público que cada vez va en subida por la hiperinflación que tiene el país.
La
banca —siempre que tenga electricidad—
trabajará, pero los límites de retiro siguen sin ser suficientes. En la banca
pública el límite se mantiene en seis mil bolívares, mientras un kilo de arroz
se consigue en cinco mil bolívares. En los privados varían los montos de
retiro.
Las telecomunicaciones
tampoco se escapan de esta realidad fallando constantemente desde que el país
se oscureció por más de 100 horas. Por ejemplo, la telefonía celular falló
fuertemente este miércoles 15 de marzo cuando se registró falta del servicio eléctrico en varias zonas de Maracaibo. A esto se le suma la
televisión por cable.
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