Desastre del régimen madurista ocasiona también apagones cubanos


Los indeseables apagones que tanto están deteriorando la vida y el bienestar de los venezolanos, también se están agudizando en la isla de Cuba, según reportaje donde se expone el riguroso recorte de electricidad, transporte y alimentos para los habitantes de esa isla caribeña.

Según el testimonio de Alina, una mayabequense de 32 años, en Bejucal “ya está circulando un listado en el que aparecen los horarios en que nos tocan apagones. Ahora ha empezado suave la cosa y la quitan una o dos veces a la semana, pero la gente comenta que llegará el momento en que sea todos los días como ya ocurrió hasta principios de los 2000”.  

Y aunque la versión oficial no da cuenta de esta drástica decisión, los consultados denuncian que desde hace algún tiempo se están aplicando y sin anunciarlas. “Los medios de comunicación se quedan mudos mientras nos quitan la corriente eléctrica durante tres o cuatro horas ininterrumpidas”, denuncia la joven cuentapropista.
Aunque las autoridades atribuyen el desabastecimiento al recrudecimiento de las sanciones de la administración estadounidense e intentan hacer ver que todo estará bien porque la situación es coyuntural, otros factores como la falta de liquidez y la crisis de su principal aliado, el gobierno de Nicolás Maduro, empeoran la crisis de la economía de la isla.  

Algo parecido refiere Dinora, una obrera de 39 años, expresando que “los que verdaderamente sufrimos somos los cubanos de a pie que no tenemos familia en el extranjero y que vivimos de un mal salario. Con el regreso de los apagones volverán los tiempos de vivir con un abanico en la mano para que no nos coman los mosquitos y salando la carne para que no se eche a perder cuando se descongelen los refrigeradores.

El reporte publicado en Cibercuba destaca también la opinión de Roberto, empleado de una pequeña empresa no estatal de construcción, cuando sostiene que  “no hay manera de resolver nuestros problemas sin buscar divisas e impulsar la industria privada para pagarle a los proveedores de alimentos una deuda de más de mil 500 millones de dólares. La enorme contracción de compras de alimentos destinados a la población y la disminución acelerada del plan de consumo energético empresarial y residencial ya es un hecho”.

Si no se descentraliza la economía – agregó el ingeniero-  y permiten que todos los cubanos inviertan, aquí estaremos hablando de los mismos problemas en los próximos 60 años. Llevamos casi una década en la llamada actualización del modelo económico, que ha reformado la estructura empresarial del país, pero no totalmente las relaciones socioeconómicas. Por eso seguimos sin dar pie con bola para acabar con la penuria en Cuba.

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