Con
base a un documento emitido por Beatriz
Montero, miembro del Colegio de
Ingenieros de Venezuela (CIV) y de la Asociación
Venezolana de Ingenieros Eléctricos, Mecánicos y Profesiones Afines,
(Aviem), “desde hace más de diez años, esa disponibilidad de electricidad no
puede ser utilizada en aproximadamente 30
% de los hogares, es decir por 9
millones de habitantes, debido a los recurrentes apagones” con algunas excepciones en Caracas.
En
las principales ciudades del país, como Coro, Cumaná, Ciudad Bolívar,
Maracaibo, Trujillo, Mérida, San Cristóbal, San Fernando de Apure, Maracay,
“las interrupciones son a veces diarias, interdiarias y las mismas duran más de
4 horas e incluso días, con un impacto
adverso en la cotidianidad y en los procesos
productivos que son paralizados”.
Este
informe entregado a la Comisión de
Servicios de la Asamblea Nacional (AN) para ser debatido e incluido en el Plan País, estima en un 50% el déficit
de personal especializado para atender las actividades de operación y
mantenimiento de las redes eléctricas
del país.
Adicionalmente,
puntualiza las causas del deterioro del sistema
eléctrico, específicamente del área de Distribución,
siendo ellas: déficit de mantenimiento de las redes; falta de revisión y
sustitución de cableados en mal estado, tanto por haber cumplido su vida útil
como por vandalismo; falta de cambio de transformadores dañados o
sobrecargados; ausencia de limpieza, pica y poda; falta de control sobre las conexiones
ilegales; y falta de transformadores de distribución, aéreos y subterráneos,
cables desnudos y aislados, conectores, seccionadores, pararrayos y
herramientas.
El
texto destaca también que “Es notable la carencia
de profesionales y técnicos a todos los niveles: linieros, ayudantes,
caporales, supervisores, ingenieros de campo y administrativo de apoyo. Esta
carencia existe tanto por un éxodo
masivo, dadas las condiciones salariales como por falta de incentivos”.
En
cuanto a las limitaciones de los sistemas
eléctricos. “Actualmente 70% de las subestaciones no posee capacidad firme,
es decir, con la falla de un transformador habrá inexorablemente o sobrecarga
con los instalados o racionamiento de electricidad en diferentes zonas”.
Igualmente
se presentan “sobrecargas sostenidas en subestaciones, circuitos primarios y
transformadores, ocasionando niveles bajos de voltaje y mala calidad del
servicio; y limitada capacidad de transferencia entre subestaciones y entre
alimentadores”.
El
documento incluye un segmento coordinado por Juvencio Molina e integrado, entre
otros, por Winston Cabas (presidente de Aviem)
donde se enfatiza en el desbalance de la generación eléctrica actual. Allí se
revela que de los aproximadamente 34.165 MW de generación instalados a nivel
nacional, el sistema dispone de una capacidad operativa para servir el 66% de
la demanda histórica requerida lo cual se traduce, en cubrir apenas 8.565 MW de
una demanda aproximada de 13.000 MW.
Además,
se mantiene una demanda no servida
permanente a nivel nacional en un rango del 34 al 40% de la demanda. Es decir,
la condición de deterioro del sistema
obliga a racionar un rango estimado de demanda de 4.400 a 5.200 MW, resalta el
texto.
Por
todo lo señalado, el equipo responsable de este análisis especializado sugiere
acelerar un programa de picas y podas,
ejercer control sobre conexiones
ilegales en las diferentes partes de los alimentadores, investigar y
solucionar las causas físicas que inciden en la red (equipos dañados, red
altamente contaminada por medio ambiente, vandalismo sobre los componentes).De
igual forma apuntan a la recuperación de equipos de maniobras en subestaciones
de subtransmisión – reconectadores, interruptores, seccionadores, entre otros.
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