Antes que se produjera la crisis eléctrica, Barquisimeto
disponía de 860 megavatios, que era una
cantidad suficiente para la población de 1.200.000 personas y las necesidades
del sector industrial, comercial, turístico y, por supuesto habitacional.
La información fue aportada por la Comisión Eléctrica
Nacional del Colegio de Ingenieros de Venezuela, a través de uno de sus
miembros, el Dr. Antonio Patiño, quien refirió que hoy apenas se cuenta con 25
megavatios.
¿Cómo se explica que se haya registrado esta reducción tan
impresionante? De los 860 megavatios,
Corpoelec dispuso dejarle a la capital larense apenas 125 megavatios, ya que el
resto fue asignado al Zulia y a Caracas.
Pero, de esos 125, cien se envían al sistema hidráulico, que
incluye la represa del Alto Tocuyo y todo el equipo de bombeo de la región.
Es por ello que apenas se dispone de 25 megavatios que
alcanzan para una población de 300 mil personas y, en consecuencia, eso es lo
que está recibiendo, mediante los racionamientos, la población barquisimetana,
incluyendo los sectores de la industria y el comercio. Esto explica que haya
interrupciones de varias horas en diferentes sectores de la ciudad; pero, lo
que ocasiona mayor malestar es que la empresa eléctrica no anuncie los días y horas
en los que se producirá la suspensión del servicio.
Esta es una situación terrible, manifestó Alberto Gámez,
presidente de Fedecámaras-Lara. Y esto
mismo es lo que explica que el sector privado muestre su preocupación por
cuanto solamente el 20 por ciento de las instalaciones industriales se
encuentran en funcionamiento; pero, trabajando al 20 por ciento de su capacidad
instalada, ya que el principal problema es la falta de materia prima que debe
ser importada mediante dólares que es difícil conseguir, a lo que se suman los
apagones que ocasionan la paralización de las jornadas laborales y, por
consiguiente, impiden el desarrollo de las actividades normales.
Las dificultades también se presentan en el sector
comercial, donde se registra una inactividad creciente como consecuencia de la
crisis económica que vivimos hoy día. Cuatro de cada diez locales comerciales
están cerrados.
El ramo más perjudicado es el de los alimentos,
especialmente carnicerías y charcuterías, por cuanto no pueden abastecerse completamente,
ya que los apagones continuos que se producen dañan los alimentos. Las pérdidas
en ese renglón están en el 65 por ciento.
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