El corte del servicio somete a la comunidad a una
carencia descomunal de agua,
Internet, puntos de venta y telefonía fija y móvil
Aunque ningún plan de racionamiento lo estableciera así, hay
poblaciones en la provincia venezolana donde la vida se detiene indefinidamente
a causa de apagones hasta de más de
10 horas contínuas.
Tal es el caso de la
localidad de Ocumare de la Costa en
el estado Aragua, donde sus
pobladores se niegan a esta precariedad y siguen protestando por los reiterados
y abusivos cortes eléctricos que
incide directamente en el resto de los servicios
básicos.
Es por eso que el pasado
domingo se vieron precisados a cerrar el paso en la carretera, como una medida
de presión para que el gobernador Rodolfo Marco Torres y al gerente regional de
Corpoelec, Lucas Sapiain solventan
la situación.
“No hay puntos de venta ni líneas telefónicas, por lo que los comercios no pueden vender nada.
No hay comida y no podemos comprar alimentos para darle a nuestros hijos”,
resiente Gioximar Concepción Aparicio, una de las habitantes de Ocumare que salió a manifestar.
Y
no es para menos. Las fallas eléctricas
ocasionan todo un caos en una población
turística de unos trece mil habitantes donde solo cuentan con una estación
de servicio que no ha podido surtirse de gasolina
desde hace más de 15 días, debido a los constantes y prolongadas interrupciones
del servicio eléctrico que afecta el
acceso y la distribución de alimentos y
la más importante actividad económica de la zona: la pesca.
Extraoficialmente,
se pudo conocer que dos de las tres fases
eléctricas que surten al municipio están inoperativas, por lo que reiteran
el llamado a los entes responsables para restablecer el suministro energético
que les facilite sus actividades cotidianas.
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