La
crisis eléctrica y su prolongación
en el tiempo está dejando en la ciudadanía un cúmulo de pérdidas importantes,
cierre de negocios familiares por los que se trabajó tanto tiempo, equipos
dañados, hábitos y comodidades de nuestra época a las que han tenido que
renunciar, dando lugar a desequilibrios
emocionales que también es necesario atender.
Como
el caso de Marina Castillo en los Altos Mirandinos, donde las reiteradas y cada
vez más largas interrupciones del
servicio no sólo han arruinado parte de sus electrodomésticos, sino que
también la falta de respuestas por parte de los responsables, la desinformación
y la desesperanza ante una pronta solución, la han llevado a buscar ayuda profesional.
“No
hay gas, el agua tiene dos meses sin llegar y nos quitan las luz 10 horas seguidas, nos están quebrando
emocionalmente, no hay nada peor que esto”, expresó la joven madre, quien
asiste a terapia para intentar “equilibrarse” ante la cada vez más crítica
situación del país.
Para la coach y terapeuta
familiar, Alicia Hernández, la incertidumbre de no saber en qué momento cortan el servicio y peor aún, cuantas
horas tardará en regresar, provoca en la población altos niveles de estrés y rabia que repercuten directamente
en su salud física y mental.
La especialista advirtió
que cada día son más las personas que buscan herramientas para poder enfrentar
el evidente colapso de los servicios
públicos sin que dañe su equilibrio emocional.
Esta
situación de perturbación colectiva se repite en menor o mayor medida en el
comerciante que, muy a su pesar, bajó la santamaría ante una escalada de apagones que le impide vender productos
refrigerados o cobrar mediante punto de pago.
“Mi
papá le dedicó 40 años de su vida a su charcutería, hace un mes tuvo que
cerrarla, para él ha sido más duro que la muerte de mi abuela”, reveló
Valentina Pérez.
Para
el alcalde del municipio Los Salias y presidente de la Asociación de Alcaldes
de Venezuela, José Fernández, la respuesta de Corpoelec ha sido nula; “miles de millones de dólares aprobados
para resolver el problema durante 20 años y si algo sabemos hoy día los
venezolanos es que esto va a colapsar”.
Señaló
que en su municipio “estuvimos el miércoles la mitad del día sin energía
eléctrica, sabemos que Venezuela se
apagará nuevamente y saldrán a echarle la culpa a los marcianos o a los
gringos, pero todos sabemos que los
culpables son ellos”, dijo.
En
la capital mirandina, los “bajones y
apagones” son tan comunes como la falta de agua o gas. “Prácticamente
ningún servicio sirve en Los Teques, lo único que le pedimos a Corpoelec es que publique un cronograma
con el horario de cortes y cese ésta
especie de lotería que nadie quiere ganar y que nos va a volver loco”, dijo.

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