Basado en la
energía que se deja de producir, los expertos en el área calculan que la crisis eléctrica en Venezuela tiene una
“estrangulación acumulada” de más de 680 TWh (teravatio-hora), que equivalen en
potencia a 77.625 MW, para la última década. Cada GWh tiene un valor promedio
de 1,6 millones de dólares.
Así lo
declaró el consultor internacional en temas eléctricos, Ing. José Aguilar, para la prensa extrajera,
quien advierte que ““Venezuela debía haber sido un país de 220 TWh en 2019,
pero cerrará a duras penas por encima de
los 80 TWh”.
Precisó que en
lo que va del siglo XXI se han destinado más de 15 millardos de dólares y
apenas se han logrado incorporar al SEV 3.017 MW. Un costo de 3 millones dólares por MW, lo que contrasta con el
costo de 1,1 millones de dólares, en el siglo XX.
El
especialista enfatizó en la ausencia, insuficiencia e inoportuno mantenimiento generalizado en la
infraestructura y sus equipos, como causas del deterioro progresivo del SEN. También la improvisación, la
desprofesionalización y canibalización de los equipos. Y suma la opacidad en el uso de los dineros
públicos junto con la voraz corrupción.
Aseguró que “Antes
de marzo 2019, cuando ocurrieron los apagones
generales, se lograban prender casi 3 mil MW térmicos; hoy peligrosamente
por falta de mantenimiento seguimos perdiendo potencia. Un buen día tal vez
llegamos a 1.800 MW”.
Por su parte,
el exgerente de la Oficina de Planificación del Sistema Interconectado (OPSI), Miguel Lara, señaló que “El país se ha
venido apagando progresivamente
debido al creciente deterioro de su
infraestructura, por el abuso y el abandono al cual se ha visto sometida”.
Estima que
los cortes del suministro “no significan que el país se va a quedar totalmente
a oscuras”. “Lo que sí creo es que cada vez el SEV será más deficitario y habrán más interrupciones y la duración
de las mismas será mayor”.
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