A
juicio del ingeniero experto en materia eléctrica, José Aguilar, las consecuencias de los apagones continúan perturbando a todo un país
porque en lugar de un plan estructurado de inversiones y nuevas instalaciones,
solo se limitan a restablecer equipos
con repuestos de otras plantas.
Aguilar
afirmó que las autoridades de Corpoelec
intentan hacer un banco de
autotransformadores en el AT2, utilizando un transformador monofásico de
reserva que está en Guri, uno que se ha movilizado desde la Subestación Yaracuy
y otro que se ha traído también desde la Subestación San Gerónimo B, en el
estado Guárico. Juntos generarían 1500
megavoltios amperios (MVA), con lo que podrían reducir el racionamiento eléctrico en Venezuela entre 1.300-1.400
megavatios. Sin embargo, indica que la medida implica un importante riesgo para la estabilidad del sistema
eléctrico.
“Si ocurre otra falla en el AT2, nos
quedaríamos expuestos a que no puede ocurrir ninguna otra falla en la
Subestación San Gerónimo B o en la Subestación Yaracuy, porque hemos sacado los transformadores de reserva
que había en esas ubicaciones, dos subestaciones sumamente importantes dentro
del sistema de transmisión de Venezuela”, advierte.
A
juicio de Aguilar, la extracción de los equipos de reserva requería de una
orden de compra previa para poder reponer los autotransformadores. Sin embargo,
acota que pocas empresas en el mundo están calificadas para la fabricación de
los aparatos, un proceso que puede demorar entre 18 meses y dos años.
Falta de mantenimiento como
detonante de la crisis eléctrica
La
falta de mantenimiento del sector eléctrico ha sido una de las
causas principales de la crisis que
persiste en la actualidad.
El
asesor para restablecer el sistema eléctrico nacional considera que las
autoridades de Corpoelec debieron
operar el sistema de una forma más prudente y hacer los mantenimientos respectivos en los centros para prevenir las fallas que tuvieron lugar en marzo.
“También
debieron ser transparentes y dejar la zozobra para que el país no estuviera
viviendo estas consecuencias. Si usamos el último apagón del 25 de marzo, a Corpoelec le tomó como un mes para
elaborar un plan, un nuevo ministro, etc. Creo que ellos ya sabían qué
maniobras tenían que hacer para paliar la situación”, consideró.
De
allí que reiteró la necesidad de que cada subestación cuente con equipos de repuesto que permitan lidiar
con un nuevo inconveniente.
“Nosotros
debemos tener todos nuestros equipos disponibles y cada subestación y planta
debe tener sus repuestos estratégicos in
situ para dar confiabilidad y minimizar
los tiempos de reparación en caso de avería. Si usted no tiene eso, si se canibalizan los equipos, se
violan límites, no se hace mantenimiento, entonces cualquier problemita se convierte en una crisis monumental. Eso es
inadmisible, hay que hacer las cosas como deben ser”, dijo.
Agregó
que “Aquí no hay nadie deseando que Corpoelec y la gente que está haciendo el
esfuerzo fracase, sería antinatural. Pero vamos a suponer el caso de que tengan
éxito y vuelven a las mismas malas costumbres de siempre, esos equipos van a fallar y cuando ocurra el siguiente problema ya no tendremos repuestos. Entonces,
¿qué vamos a hacer? No es viable como ellos lo están haciendo y manejando, hay
que salir de ellos, no queda de otra”.
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