Desde Guanare, estado Portuguesa reportan largas colas en los puntos de pago debido a las fluctuaciones de
voltaje y los cortes repentinos de energía eléctrica que siguen ocurriendo
luego del megapagón que paralizó al
país el pasado 22 de julio.
Esta situación que perjudica tanto al sector comercial como al resto de la
población se debe a la lentitud de los
puntos de pago electrónico. “A veces tenemos electricidad, pero en otras
zonas se reportan fallas, lo que
provoca intermitencia en el servicio de
Internet”, señaló el propietario de una panadería.
La opción de pagar en efectivo también es complicada. Los propietarios de negocios y
emprendimientos han tenido que volver a la exigencia de dinero en efectivo como
principal forma de pago, pero es difícil conseguirlo y la banca también tiene limitaciones de operaciones por fallas en los
sistemas informáticos. “Hasta el pago móvil es imposible”, dijo la usuaria
Juana García.
“La crisis
eléctrica en el país nos afecta a todos, pero el sector privado es uno de los más golpeados porque disminuye la
prestación de servicios básicos. Estamos llegando a cierres parciales, incluso
cuando el servicio está activo, porque la
intermitencia es peor que un apagón”, indicó José Suárez, emprendedor de
fotocopiadoras.
Hasta los abuelos de esa región
llanera han tenido muchas dificultades
para cobrar su pensión de vejez del IVSS debido al apagón y a la falta de
efectivo en los bancos.
De ahí que los portugueseños reclaman a las autoridades competentes
de esa región. Gobernación, alcaldías, dirección regional de Corpoelec, Cantv y
Sudeban para que atiendan a la comunidad
y normalicen la actividad comercial con servicios efectivos y seguros que
dependen de su gestión como servidores públicos.
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