De haberse culminado la represa de Tocoma, al sureste del
país, Venezuela hubiese podido escapar de la crisis de energía en la que ha
estado sumida Venezuela, no solo en 2019, sino ya desde hace algunos años; para
ser exactos, la que inició en 2010 y que fue el corolario, de una crisis que se
arrastró desde 2007 y que demandó la modernización del sistema eléctrico
nacional y que a fin de cuentas sólo trajo más corrupción al país.
El proyecto Tocoma es uno de las 11 obras en las que
participó Odebrecht y que enredados en corrupción y pagos de sobornos, jamás
fueron culminados y aún presenta deficiencias.
También se hubiese alejado de la dependencia y
sobreexplotación de la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar –otrora Raúl Leoni–
en Guri. Con la suma de su generación de 2.160 Megavatios (MW) se generarían
más de 17.000 MW en el Bajo Caroní, equivalentes a más de 70% de la producción
nacional de electricidad.
Han pasado diecisiete años desde que el fallecido
expresidente Hugo Chávez anunció su construcción en abril de 2002; catorce
desde la licitación del proyecto en 2005; doce desde que se iniciaron las obras
civiles entre los municipios Piar y Raúl Leoni del estado Bolívar.
Fallas de ingeniería
Un trabajador del Consorcio Uriaparí, encargado de la
supervisión de la obra civil y electromecánica, fue testigo de la cantidad de
errores injustificados que sufrió la represa de Tocoma y reveló con
detenimiento, cada uno de los fallos que se cometieron durante la construcción
de la central hidroeléctrica.
Hubo problemas en la instalación de las nueve compuertas por
fallas en el diseño y desviaciones en su ejecución. Las estructuras radiales
serían las responsables de dejar pasar el agua hasta el aliviadero, de 220 mil
metros cúbicos de hormigón y con un flujo máximo de 30.000 metros cúbicos de
agua por segundo. Su deslizamiento debe ser lo menos traumático posible. “Se
debían tener las medidas precisas en la verticalidad allí más aún. Pero
presentaba desviaciones en las pilas del aliviadero. Se vieron casos en los que
tuvieron que demoler áreas de concreto en las caras de las pilas por esta
desviación en su geometría”, asegura el inspector.
“A Tocoma hay que dinamitarla”, es el diagnóstico de Víctor
Poleo, quien fue viceministro de Energía y Minas entre 1999 y 2001. El también
profesor de postgrado en Economía Petrolera en la Universidad Central de
Venezuela (UCV) no le encuentra reparo. Sin edulcorantes, agrega que está “mal
hecha desde el punto de vista de la ingeniería de presa”.
Su solución sería construir una central hidroeléctrica desde
cero en las riberas de aquel afluente. Las características del río Caroní lo convierten
en un lugar propicio para la explotación de energía: 4.850 m3 de agua por
segundo, una pronunciada pendiente y una superficie rocosa que da soporte a
grandes estructuras, como las represas de Guri, Caruachi y Las Macaguas (I, II
y III).
¿Cuánto se despilfarró en la construcción de Tocoma?
En la práctica, las diferencias salpican, teniendo en cuenta
el acabado de Tocoma y su producción inexistente de energía eléctrica. La
represa, aún inconclusa, costó más de tres veces el precio de Caruachi, ejecutada
con US$ 2.797 millones. En un inicio, la obra se planificó con un costo de US$
3.000 millones, monto que escaló hasta los US$ 7.000 millones en 2013, según
declaraciones del exministro de Energía Eléctrica Jesse Chacón, para luego
ascender de nuevo y posicionarse en US$ 9.365 millones, de acuerdo a quien
fuera ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, a quien se le
atribuye la gestión en donde más dinero se fugó en materia de energía y
electricidad en Venezuela.
Comentarios
Publicar un comentario