Corrupción y proyectos inconclusos originaron la crisis eléctrica


“La corrupción y obras no terminadas disminuyeron la generación termoeléctrica. El resultado fue el blackout total (…) Las perspectivas para el sector no son las mejores”, así lo expresó a un medio internacional el ingeniero electromecánico Juan Carlos Rodríguez, presidente de la firma JCR Ingenieros y experto en energía de respaldo.

Según el especialista, la forma de atender la crisis ha generado sobrecarga del sistema eléctrico. “Al parar las líneas de alta tensión (de 765 kilovoltios y 400 kilovoltios), no hay otro lado de dónde traer la electricidad, se sobreexplota el sistema y con cualquier falla de un cable, un aislador o un problema ambiental, el sistema se colapsa”.

Sostuvo que “El apagón del 7 de marzo dejó al descubierto la vulnerabilidad del sistema eléctrico nacional y su dependencia casi exclusiva de la cuenca del río Caroní para llevar electricidad a más de 70% del país”.

“Parte de la energía de Caracas se recuperó con los sistemas de 400 kilovatios, pero éste, y los de 200 kilovatios no tienen capacidad de soportar la demanda de la ciudad”, por ello ocurrió el más reciente apagón.

Para contextualizar la crisis eléctrica que a su modo de ver es inaceptable en un país petrolero como el nuestro, recordó que durante 2010, el hoy extinto presidente Hugo Chávez destinó 5 mil millones de dólares para atender lo que su gobierno decretó como “emergencia eléctrica”, situación excepcional que aprovecharon para saltarse mecanismos de control, transparencia y licitación para atender la crisis.

Planes fallidos y obstáculos para su recuperación


Rodríguez hizo referencia al fallido plan de racionamiento eléctrico impuesto por el régimen madurista, bajo la falsa promesa de recuperar la carga del sistema eléctrico tras los apagones que han dejado sin el servicio a casi todo el país varios días.

Los cortes programados establecía hasta 3 horas diarias sin servicio, pero los usuarios han reportado hasta 10 días con servicio intermitente.

Otro agravante viene a ser las sanciones de Estados Unidos y países de la Unión Europea contra la gestión de Maduro. “Hay que comprar repuestos en países que lo desconocen como presidente legítimo. Estados Unidos, Francia, Alemania o Japón, por ejemplo. ¿Cómo reparas sin repuestos ni asesoramiento de los fabricantes de esa tecnología?”.

 Recuperación paulatina y a largo plazo


Según las estimaciones del ingeniero, se impone aplicar un plan cuya primera fase apunte a enfrentar la emergencia en un lapso no mayor a seis meses, periodo en el que “deberíamos atender las consecuencias de no tener suficiente energía y, además, racionarla”.

Luego vendría la contingencia, que “es un período un poco más largo, pudiera ser un año, que permita tener las condiciones mínimas para entrar en una etapa posterior de estabilización. Yo no la veo en menos de tres años, porque hay que hacer algunas inversiones cuantiosas para la procura de equipos y repuestos para poner a punto las maquinarias y dar paso a una posible normalización, que sería entre tres y 10 años”.

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