Si los apagones traen de por sí angustia,
molestia e incertidumbre, los efectos que se desprenden de ella también causan
mucho malestar adicional.
Como el caso
del transporte público, que según
reporte de los usuarios, se aprovechan
de las fallas eléctricas y la suspensión del servicio del Metro de Caracas
para aumentar el precio del pasaje.
“Tantos
reales que hay en Venezuela y que esté padeciendo esto solo por el capricho de
tres personas. Yo tengo 78 años de edad, y jamás y nunca me imaginé estar
viendo lo que estoy viviendo. (…) Ahorita iba para mi casa en Petare, ahí nos están cobrando a 2 mil bolívares el
pasaje, si usted no tiene, no la dejan embarcar, aun siendo de la tercera edad,
y son tan brutos que dicen que aquí no
hay tercera edad, ni cuarta, ni quinta, aquí pagamos todos”, contó una ciudadana afectada por esta
situación.
En efecto, el
caraqueño de a pie sabe perfectamente que cada
vez que una falla eléctrica ocasiona el cierre del Metro, los
transportistas especulan con el
precio del pasaje, aprovechándose de que hay pocas unidades disponibles para tanta gente que requiere recorrer
largas distancias para llegar a sus hogares.
“Me faltarían
palabras – agregó la declarante- para decirle a las autoridades, porque uno no
puede quedarse callada aquí, sabiendo cómo está la situación, y hay gente que
son tan brutos que por un bono aguanten toda esta situación que vivimos. 40
años trabajé en el Ministerio de Salud y todavía lo que me pagan son 40 mil
bolívares de jubilación. Nadie hace nada con eso”.
Todo esto
retrata un desgobierno donde no sólo
arruinaron el sistema eléctrico nacional
(SEN), sino que los servidores públicos que actualmente ocupan altos cargos no tienen capacidad de respuesta para
resolver ni controlar las consecuencias del desastre eléctrico.
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