Toda crisis
exhibe varias caras, y la crisis eléctrica no es la excepción. No sólo se trata
de mal servicio, corrupción y pésimo mantenimiento,
también se trata de personal mal pagado,
desatendido y por tanto, disminuido que se suma a la diáspora de
venezolanos en el exterior.
Tal y como lo
expresa el secretario de organización
del Sindicato de Trabajadores Electricistas, Domingo González, “La mayoría
de los trabajadores de Corpoelec están en el umbral de la miseria y es por eso
que estamos solicitando salarios dignos
para poder mantener a nuestra familia. Literalmente estamos pasando hambre y en la más completa miseria”.
Aseveró que
de 47 mil trabajadores del área eléctrica, solo
quedan 15.000, la fuga de mano de obra calificada ha hecho mella en
Corpoelec.
“No contamos con vehículos para el
traslado ni material para subsanar una avería, prácticamente trabajamos con las
uñas y solo nos mueve la vocación de servicio”.
Además, no los dotan de uniformes desde 2010,
el HCM es de un millón y medio de bolívares, no hay implementos para trabajar ni equipos de seguridad
certificados, tomando en cuenta que la labor que desempeñan es de alto riesgo.
El
sindicalista señaló que Fetraelec y sus afiliados han solicitado al nuevo
ministro de Energía Eléctrica, Freddy
Brito Maestre, que retome la discusión de la contratación por la emergencia
económica y aún no ha dado repuesta.
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