A juicio del ingeniero eléctrico Víctor Poleo es
imposible estabilizar el Sistema
Eléctrico Nacional (SEN) en las condiciones actuales, y considera que en
los próximos días la inestabilidad se
agravará. De allí que los megapagones "son inevitables porque no hay
seguridad alguna ni confiabilidad operacional".
El experto
advierte que el Caroní no es suficiente
para atender la demanda nacional, por lo que es preciso energía complementaria
en los distintos subsistemas eléctricos nacionales, energía de origen termoeléctrico; es decir, generada con gas,
diésel y full oil.
Este sistema
complementario de generación termoeléctrica "no está activo casi en su
totalidad por dos razones: la ruina
mecánica de sus equipos de generación y las carencias de combustibles",
precisó.
Recordó que la demanda de electricidad se ha venido
a menos en el país desde el año 2005 tras el cierre de empresas, expropiaciones
y la migración de la población. Por lo que actualmente
se encuentra en 9.000 MW, cuando debería ubicarse en 24.000, pero "la
potencia que el Caroní está enviando al norte es de 6.000 MW".
Poleo asegura
que en la actualidad la potencia activa
en Caroní es de 12.500 MW, a pesar de que su capacidad instalada nominal es
de 15.000 MW, ello debido a que hay turbinas en mantenimiento y reemplazo. La
potencia total está distribuida así: 10.000 MW en Guri, 2.500 en Macagua y
2.400 en Caruachi.
Detalla que
"sin compensación termoeléctrica
en el resto del sistema interconectado nacional surgen los problemas de estabilidad y sincronismo eléctricos que,
en el caso de Caracas, dan lugar a
fluctuaciones de voltajes y apagones transitorios, mientras que en el caso
de Zulia/Andes provocan carencias casi totales de electricidad. Los restantes
subsistemas nacionales se encuentran atrapados en el viacrucis de estos dos
extremos", aclara Poleo.
El ingeniero
eléctrico asevera que la ruina del subsistema eléctrico de Caracas se inició en 2010 cuando Alí Rodríguez era ministro
de Energía Eléctrica, tras el despilfarro y la corrupción, la ausencia de
mantenimiento, inexistencia de inversión genuina y aniquilación de los recursos
humanos históricos.
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