TERCERA ENTREGA | Chávez y Maduro apostaron a la desprofesionalización del sector eléctrico



El mayor ataque que ha sufrido el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), ha sido la desprofesionalización, sin duda una consecuencia dramática, originada por Hugo Chávez y que se intensificó con Nicolás Maduro.

(Reporte Eléctrico)


Con la desprofesionalización, se perdieron las rutinas de mantenimiento, supervisión y control, en el sector administrativo y operativo del SEN.

Desprofesionalización del SEN


El proceso de desplazamiento del personal capacitado de las empresas operadoras se inició tempranamente y continúa hasta nuestros días. En efecto, durante los primeros años del gobierno de Chávez, la mayoría del personal directivo y técnico de alto nivel de las empresas fue reemplazado, en muchos casos, por personas afines políticamente al gobierno con pocas o nulas capacidades gerenciales o experticia técnica. A lo largo de estas dos décadas se eliminó la meritrocracia como mecanismo de ingreso y ascenso en las operadoras, y la afiliación política pasó a ser la herramienta de selección de personal para dirigir las empresas.

El procesos de desprofesionalización fue particularmente activo durante los años de 2004 y 2005 cuando el gobierno instrumentalizó una suerte de apartheid laboral, como consecuencia de la aplicación de la llamada “Lista Tascón” que facilitó la exclusión política de profesionales y técnicos que hubiesen firmado, solicitando la realización de u referéndum revocatorio al mandato del entonces presidente Chávez. La estatización de todas las empresas del sector permitió, en 2007, extender esta práctica al resto de las empresas del SEN.

Finalmente, la centralización en una única empresa, Corpoelec, y la creación de nuevos instrumentos de exclusión ha completado la tarea de politización de la gestión de servicio. Como consecuencia, el clientelismo político minó la nomina de Corpoelec que para 2016 se había duplicado, mientras la eficiencia del servicio se deterioraba aceleradamente.

Las instancias responsables por la planificación y regulación sectorial atravesaron un proceso de “deslave profesional” similar a las operadoras. Para 2003 ya se había reducido notoriamente olla capacidad de Opsis. A ello se sumó el Fundelec, entidad responsable por el desarrollo regulatorio y normativo del sector.

A partir de 2017, producto de la crisis económica por la que atravesaba el país, se añade un proceso de emigración masiva del personal de la empresa. Tanto la Asociación Venezolana de Ingenieros Eléctricos y Mecánicos (Aviem), como propio Sindicato de Trabajadores de Corpoelec han llamado a la atención al respecto y estiman que durante los últimos tres años, entre 50% y 60% del personal de la Corporación ha emigrado buscando mejores remuneraciones salariales (entre 17 mil y 18 mil técnicos y obreros  especializados).

Además de los bajos salarios, una serie de condiciones hacen aún más difícil conseguir y retener personal capacitado en Corpoelec. En particular, la existencia de un clima de persecución que se manifiesta cada vez que se produce una caída del servicio o se realiza alguna protestas del personal, y que conlleva a la persecución e incluso encarcelamiento de trabajadores de la empresa.

Quizás las consecuencias más dramáticas de la desprofesionalización ha sido la perdida de las rutinas de mantenimiento, supervisión, y control, tanto administrativa como operativo, necesarias para el correcto funcionamiento de la operaciones del SEN. Ello ha traído como consecuencia la falta de mantenimiento de todos los niveles en las plantas de generación, las redes de transmisión y distribución, vitales para la estabilización de la red. Finalmente, la falta de vigilancia y supervisión ha generado la vandalización y el hurto de cables, equipos y otras partes que agravan aún más los problemas de mantenimiento.

Comentarios