Como burbuja tras un pinchazo
reaccionó el mercado inmobiliario del Zulia a consecuencia de los apagones,
recurrentes desde marzo y que tienen paralizado el movimiento comercial de la
región, lo que bajó un 50% la cotización de los bienes inmuebles en el mercado
zuliano. Así, el estado pasó del “efecto esperanza” al lamentable “efecto
oscuridad”.
Las constantes fallas en el
servicio eléctrico, que arreciaron en el estado después del apagón nacional del
7-M, “frenaron” el impulso que tomó este sector entre enero y febrero, motivado
a lo que los operadores del mercado inmobiliario llaman “efecto esperanza” por
un cambio político después del 23 de enero, cuando, paradójicamente, atizó la
confrontación política.
En ese entonces, entre un 30% y
40% de propietarios había desistido de vender sus propiedades, reconsiderando
la idea de irse del país, de regresarse del exterior o por la mera idea de que
su inmueble pudiera retomar el valor real.
Este último punto, parecía viable
a mediano plazo, pues expertos en el ramo opinaban que los bienes raíces podían
tomar un poco el valor, mas no el valor real de inmediato, mejorando su precio
un 20% o 30%.
El vicepresidente de la Cámara
Inmobiliaria del Zulia (Ciz), Bruno Angelini, señaló que “el negocio del
inmueble tuvo un repunte pero con los problemas eléctricos ha decaído mucho”.
Así, estimó que en Maracaibo los bienes inmuebles “a nivel de precios, pudieron
haber bajado un 50%, si no es más” y destacó que “hay muchos factores que
implican esta caída”.
“No solamente la falta delservicio eléctrico influye en la baja, sino el funcionamiento de los entes
públicos, que no están trabajando en horarios normales, como las notarías y los
registros, entonces cuando tienes todos esos inconvenientes para hacer un
cierre de una venta o una compra de un inmueble, el precio cae; porque hay
muchos obstáculos, ya no es solamente la situación económica del país sino un
obstáculo más que es la crisis eléctrica”, explicó el también titular de la empresa
constructora Angelini.
Alejandra Vargas emprendió la
venta de su apartamento de 200 metros cuadrados, en el sector Tierra Negra,
para comprar uno más modesto. Habiendo encontrado comprador para su
apartamento, logró concretar el papeleo a finales de febrero, y justo la
primera semana de marzo, consiguió el departamento que buscaba: de 90 metros y
ubicado en la zona norte de Maracaibo.
La compra comenzó a tomar forma el
lunes 4 de marzo, habiendo cancelado un porcentaje del inmueble para asegurar
su adquisición. Pero lo que no estaba en los planes de la mujer de 48 años, era
que un apagón nacional sería el primero de los muchos impedimentos que vendrían
para materializar su tan anhelada mudanza.
Todo se retrasó por mes y medio,
contó la mujer. “Desde la entrega de mi apartamento y la mudanza de mis muebles
y pertenencias, hasta el papeleo. Primero, el país paralizado, luego el estado
quedó en una parálisis total que atenúa de vez en vez. Ha sido muy difícil,
apenas esta semana logramos firmar el documento, después de tanto tiempo
esperando”, expresó Vargas.
A esto, el vicepresidente de la
Cámara Inmobiliaria regional, añadió que “somos el último eslabón de la cadena de recuperación económica del país, y no solo eso, también en la restitución
del servicio eléctrico”, con lo que infirió que el repunte del mercado
inmobiliario requerirá de mayor esfuerzo que el empleado para el resto del país.
Desde la perspectiva del
presidente de la agencia Inmueble Fácil, Héctor Alcalá, “desde el 23 de enero
hubo un significativo cambio en el sector, condicionado por la esperanza de una
mejora en la economía, que fue acompañada de la confianza de que el mercado
comenzaría a responder de acuerdo a la ley de la oferta y la demanda”.
“En ese momento se estimó que el
que el precio de los inmuebles, el cual según los indicadores económicos estápor debajo del 70% de su valor real, repuntaría en un plazo breve. Esto
transformó al mercado, que pasó súbitamente de un mercado de compradores a uno
de vendedores, impactando fuertemente el sector, disminuyendo la oferta de
propiedades en más del 40%”, rememoró Alcalá.
Pero superado el fenómeno de
“delay” o “stand by”, el agente de bienes raíces señaló que la realidad actual
es otra, pues a raíz del primer apagón general “se derrumbó como un castillo de
naipes la esperanza”. Este efecto, explicó Alcalá, “motivó a muchos
propietarios a retomar la puesta en venta de sus propiedades, incluso bajar los
precios para hacerlos competitivos, lo cual genero un incrementó la oferta y
una disminución de la demanda”.
En medio de esta situación, el
presidente de Inmueble Fácil lamentó que su gremio se esté convirtiendo “en un
sector de negocios instantáneos, donde triunfa quién responda con mayor rapidez
a las exigencias de las nuevas circunstancias, donde quedaron atrás todos los
aprendizajes que recibimos en las universidades, una realidad donde la
planificación ha sido sustituida por una cadena de improvisaciones”.
La asesora de bienes raíces
Michelle Lozano, con más de 7 años de experiencia en el mercado, afirmó que los
costos de los inmuebles decayeron drásticamente, “hay un mínimo porcentaje de
personas que quieren seguir con el negocio del inmueble”.
“Hay personas que están vendiendo
sus inmuebles, todos los bienes que tienen para escapar de la crisis. Pero
están colocándolos a precios muy alejados de la realidad, cotizándolos muy por
debajo del mercado”, advirtió Lozano.
Pero en medio de la crisis,
aseguró Lozano, “todavía hay gente comprando”. “Hubo una señora que adquirió un
apartamento, a su vez la dueña de ese espacio compró una casa y la propietaria
de la casa, se mudó a una villa. No es que se está dejando de vender, pues
quienes tienen esperanza de que Venezuela mejore, siempre están buscando la
manera de vivir mejor”, sentenció.
“Hay quienes buscan más
comodidades, como vivir en una villa cerrada, donde puedan colocar sus plantas
eléctricas, donde puedan tener sus propios tanques de agua, para mejorar la
calidad de vida en medio de la crisis”, agregó la agente inmobiliaria.
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